David Merino, el presunto cabecilla del esquema fraudulento de FX Winning, cerró al menos dos sociedades pantalla en Reino Unido antes de que la Guardia Civil iniciara su operación contra la trama. Un patrón, el de la liquidación de empresas, que podría repetirse también en otros países como Brasil, según ha podido recabar EL ESPAÑOL.
Ambas sociedades inglesas, constituidas junto a Laurer Robin Tassilo —ahora mismo en prisión, identificado por la UCO como el encargado de canalizar, ocultar y mover los fondos obtenidos por la organización— fueron disueltas entre 2023 y abril de 2025, justo antes del estallido mediático y judicial del caso. Uno de los cierres se produjo solo semanas antes de las primeras detenciones.
Se tratan de dos empresas que no desarrollaron ninguna actividad económica conocida, según datos publicados por el Gobierno británico. La primera figuraba registrada en un polígono industrial cerca del centro de Manchester, mientras que la segunda utilizaba una dirección genérica en Bell Yard (Londres), empleada habitualmente por despachos que ofrecen estructuras offshore.

En diciembre de 2020, David Merino y Robin Laurer figuraban como coaccionistas al 50 % de Triumviron Limited, según consta en el registro mercantil británico. Un año después, Laurer transfirió sus acciones y Merino quedó como único propietario. E. E.
Sociedades desactivadas
Las fechas resultan reveladoras. La disolución de una de ellas tuvo lugar apenas semanas antes de que la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil coordinara las primeras detenciones y registros del caso FX Winning, considerado ya la mayor criptoestafa conocida en España. En total, más de 4.900 personas fueron estafadas en 30 países, con un perjuicio superior a los 460 millones de euros.
Sin embargo, esa cifra podría ser incluso muy inferior al volumen real defraudado. Según documentación a la que ha tenido acceso este periódico, la UCO dispone de un archivo excel con datos de hasta 60.000 víctimas y una estimación de entre 1.000 y 3.500 millones de dólares desviados por la trama. El documento fue confeccionado por la secretaria y contable del grupo, Selene M. Rodríguez Ramos, también detenida.
En España, se han contabilizado al menos 496 víctimas y pérdidas por valor de 39 millones. La empresa matriz —FX Winning Limited— fue constituida en 2020 en Hong Kong. Ofrecía supuestos servicios de inversión en el mercado forex y prometía rentabilidades garantizadas mediante trading algorítmico.

Se presentaba en plataformas como fxwinning.net o fxwinning.pro, con vídeos promocionales, diseño profesional y mensajes que apelaban a la seguridad del arbitraje financiero. El fraude consistía, en realidad, en un esquema Ponzi clásico: los beneficios de los primeros inversores se pagaban con el dinero de los nuevos. Hasta que colpasó y cayó.
Aunque David Merino no figura formalmente en FX Winning desde 2021, el atestado de la UCO lo señala como el responsable real de la trama. Fue él quien registró la mercantil en Hong Kong y, posteriormente, se apoyó en la firma One IBC para desvincularse de manera aparente. Dejó la gestión en manos de Rafael Brito, pero, según los investigadores, siguió manejando los hilos desde la sombra.
Junto a Merino, los nombres de Robin Laurer y Juan Faber Esquivel aparecen como piezas centrales en la estructura. Este último habría actuado como testaferro en la sociedad de Hong Kong mientras la operativa real se realizaba desde un coworking en Las Palmas de Gran Canaria. También figuran entre los investigados Teo Zúñiga y William Esquivel Yeebach, encargados de captar capital desde América Latina.

David Merino posa en un bólido en una imagen difundida por sí mismo en redes sociales. E. E.
Una red de empresas
En paralelo a sus sociedades en el extranjero, Merino acumuló una red de empresas en territorio español. Al menos nueve sociedades limitadas han estado o están a su nombre, según registros del BORME a los que ha podido acceder este periódico. Algunas de ellas, como Digital Intelligence Software o High Frequency Tranding, se vinculan a actividades informáticas.
Otras, como Luxury Car Canary o Custom Motors Car Wrapping, al comercio de automóviles. Varias de estas sociedades están en la actualidad inactivas o sin actividad económica conocida. Y se encuentran todas domiciliadas en un edificio de coworking de Las Palmas de Gran Canaria.
Para los investigadores, el cierre de las sociedades británicas forma parte de un movimiento premeditado de desactivación y borrado de huellas antes del desmoronamiento del esquema Ponzi. A las radicadas en Reino Unido podrían sumarse otras en Hungría, Irlanda, Estonia, Noruega y Lituania.
El propio David Merino lleva meses en paradero desconocido. Las autoridades creen que se oculta en Dubái, una jurisdicción que no mantiene convenio de extradición con España y que se ha convertido en refugio habitual para implicados en delitos financieros internacionales.
Por su parte, el atestado de la UCO, de 450 páginas, describe cómo el entramado funcionaba mediante promesas de rentabilidades garantizadas, publicitadas a través de plataformas digitales, grupos de Telegram y campañas agresivas en redes sociales.

Un agente de Delitos Telemáticos de la UCO de la Guardia Civil. E. E.
Ocultamiento del dinero
Los fondos llegaban a la trama mediante transferencias bancarias, pagos en efectivo y criptoactivos que luego eran canalizados por pasarelas como CoinPayments para para ser convertidos en bienes de lujo o transferirse a cuentas opacas. Parte del dinero, según la Guardia Civil, acabó en vehículos de alta gama, inmuebles en el extranjero y cuentas en Singapur, donde ya han sido bloqueados 29 millones de euros.
El archivo que llevó Selene Rodríguez, la secretaria, es clave en la investigación. Fue la única que dejó constancia de los movimientos económicos de la plataforma, incluyendo las cantidades invertidas y los falsos intereses abonados. Lo hizo en un documento excel, que según los abogados de las víctimas, evidencia el grado de desorganización con el que se manejaba la red.
La Guardia Civil ha detenido hasta ahora a cinco personas y ha practicado registros en Madrid y en Las Palmas de Gran Canaria. El magistrado Antonio Piña, del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, mantiene la causa abierta y no se descartan nuevas imputaciones.
Por ahora, el dinero sigue sin aparecer. Los afectados se agrupan para reclamar. Y el cerebro de la mayor criptoestafa perpetrada desde territorio español permanece libre.