El pasado jueves 17 de julio, los republicanos y demócratas dejaron de lado sus diferencias temporalmente para votar a favor de la nueva ley que marca un antes y un después en el sector cripto.
En total, se lograron 308 votos a favor y 122 en contra, con el apoyo de casi la mitad de los legisladores del Partido Demócrata. Un día más tarde, el presidente Donald Trump firmaba la ley GENIUS Act ante los medios de comunicación.
GENIUS es el acrónimo en inglés de “Guiding and Establishing National Innovation for U.S. Stablecoins Act” (Ley para Guiar y Establecer la Innovación Nacional en Stablecoins de EE. UU.). Los stablecoins, o monedas estables, son un tipo de criptomoneda cuyo valor está vinculado a un activo estable, en este caso el dólar.
La ley fue introducida en el Senado del país en mayo de este mismo año y ha logrado avanzar rápidamente gracias al apoyo bipartidista y a los lobbies del sector cripto, que han logrado meterse en el bolsillo a los políticos y al presidente Trump. Se estima que este poderoso grupo invirtió unos 250 millones de dólares el año pasado en apoyar a candidatos políticos favorables a la tecnología cripto.
Estos mismos grupos realizaron grandes contribuciones a la campaña electoral de Trump para su reelección. No tuvieron la misma suerte con la administración del presidente demócrata Biden, ya que durante su mandato se mostró un mayor escepticismo hacia el sector cripto.
En este sentido, Trump ha marcado una gran diferencia con su antecesor, ya que, tan solo tres días antes de su inauguración en enero de este año, anunció el lanzamiento de su criptomoneda: $TRUMP. El 80 % de los tokens quedaron controlados por empresas vinculadas con la familia Trump.
Los partidarios de esta ley defienden que la nueva normativa permitirá estabilizar el precio de criptomonedas como Bitcoin y Ethereum. Además, al estar respaldadas por reservas reales, su fiabilidad aumenta.
No obstante, la ley ha encontrado voces críticas. Una de ellas es la del representante demócrata de California, Brad Sherman, quien en una entrevista con Bloomberg aseguró que la ley facilitará el lavado de dinero al haber menos control sobre la identidad de los usuarios que cuenten con activos en criptomonedas.
Sherman señaló cómo el lobby cripto ha logrado hacerse con la voluntad de los legisladores a golpe de cheque, y lo considera uno de los grupos con más influencia en Washington D.C., elevándolo por encima de los grupos de presión del sector petrolero.
La aprobación de la ley allana el camino para que comience a generalizarse la adopción de las criptomonedas para los pagos inmediatos y se despejen las dudas sobre la legitimidad de su uso.
El sector cripto tiene el objetivo de que las instituciones, los bancos, los comercios y los consumidores adopten las criptomonedas para realizar transacciones instantáneas.
Éste ha sido un largo recorrido para una industria que nació en 2008 como alternativa a los mercados tradicionales y que ha estado en el punto de mira por su falta de transparencia y su caótica gestión.
No obstante, las voces más críticas apuntan a que esta ley podría llevar a los mercados a comportarse de manera similar a la crisis de 2008 debido a su naturaleza especulativa. El tiempo dirá.