es
Volver a la lista

Cripto: Los demócratas quieren regular la influencia de Trump en el ecosistema

source-logo  cointribune.com 24 Junio 2025 12:10, UTC

Trump recompensa a los poseedores de su memecoin alrededor de una cena privada. Reacción inmediata: Adam Schiff, senador demócrata, propone una ley para regular el uso de las criptomonedas por parte de los responsables políticos. Un enfrentamiento que mezcla activos digitales, conflictos de intereses y cálculos electorales.

En resumen

  • Adam Schiff propone la COIN Act para prohibir que los responsables políticos exploten las criptomonedas antes, durante y después de su mandato.
  • La ley apunta a Donald Trump, acusado de haberse beneficiado de la plataforma cripto familiar World Liberty Financial.
  • El proyecto surge tras una cena privada organizada por Trump para recompensar a los principales poseedores de su memecoin.

Una ley para cortar la corriente cripto en la fuente

Adam Schiff no ha digerido el espectáculo. Mientras Donald Trump multiplica los gestos de amistad hacia la comunidad cripto, el senador de California da la voz de alarma. Según él, el expresidente utiliza los activos digitales como palanca para su enriquecimiento personal. Por ello responde con un texto legal: la COIN Act (Curbing Officials’ Income and Nondisclosure).

Objetivo: impedir que presidentes, vicepresidentes y altos funcionarios creen, promocionen o inviertan en criptomonedas, NFTs o stablecoins durante su mandato y hasta dos años después. El mensaje es claro: las finanzas descentralizadas no deben convertirse en un refugio para los conflictos de intereses institucionales.

Este proyecto apunta directamente a Trump, quien supuestamente recibió más de 57 millones de dólares a través de World Liberty Financial, una plataforma cripto apoyada por su propia familia. Schiff lo ve como un abuso evidente del poder con fines privados. No habla de tecnología, sino de moral política.

Descubra la plataforma Bitpanda Este enlace utiliza un programa de afiliados.

Memecoins, stablecoins y dólares procedentes del Golfo

¿El detalle que encendió las críticas? El lanzamiento del stablecoin USD1 por World Liberty Financial. Poco después, una empresa de Abu Dabi anuncia querer usarlo para saldar una inversión masiva de 2 mil millones en Binance. La operación parece legal, pero despierta cierto aroma de diplomacia económica disfrazada.

Mientras tanto, la familia Trump redujo su participación en WLF del 75 % al 40 %. Una salida parcial que habría generado varios millones de dólares. Según un informe independiente, los activos digitales del presidente representarían cerca de 3 mil millones, es decir, el 40 % de su patrimonio personal. No es un detalle más: es una señal de alarma para Schiff, quien lo ve como una toma de control silenciosa del debate público por intereses financieros privados.

Esta mezcla de influencia política e innovación monetaria preocupa tanto como fascina. La crypto se convierte en una herramienta de poder blando personal, difícil de regular con leyes pensadas para otro siglo.

Del Senado a las urnas, la crypto como línea de fractura

Adam Schiff no está solo en querer regular la ola. En la Cámara, Maxine Waters propuso el TRUMP in crypto Act, un texto intencionadamente provocador destinado a bloquear el uso político de los memecoins por parte del expresidente. El calendario no es casual: este proyecto se presentó el mismo día en que Trump recibía a sus principales inversores en tokens.

Pero la realidad parlamentaria complica todo. Los demócratas están en minoría, y aunque ambos textos pasaran, un veto presidencial seguiría siendo probable. Entonces haría falta una supermayoría que nadie parece capaz de reunir hoy en día.

El verdadero debate se juega en otro lado: en la opinión pública. Estas propuestas legislativas, aunque condenadas al fracaso, imponen un debate nuevo. La crypto es ahora una herramienta de influencia, un producto de campaña, a veces incluso un sustituto de la regulación tradicional.

Con esta propuesta de ley, Schiff no busca solo regular. Intenta trazar una línea roja entre el poder político y las finanzas cripto. Que esta frontera sea aceptada o no, una cosa es segura: la blockchain ya no es solo una tecnología. Es un tema electoral, un arma narrativa, un territorio disputado.

cointribune.com