Los hermanos de Elda Daniel y Camilo Paterna serán juzgados por la Audiencia Nacional por ser los cabecillas de una estafa de 4 millones de euros de inversiones en criptomonedas a través de su Empresa 'Generación Zoe'.
Junto a ellos, otras 16 personas están acusadas de delitos de organización criminal, continuado de estafa y blanqueo de capitales por estos hechos, ocurridos entre 2010 y 2011.
Los implicados aseguraban que sus clientes obtendrían beneficios "desorbitados", pero esas cantidades eran desviadas para la compra de inmuebles y coches de alta gama.

En total, hay más de un centenar de víctimas de un engaño que presenta "el esquema básico de estafa piramidal", según palabras del juez del caso.
Su forma de actuar consistía en la captación de clientes por medio de redes sociales y posteriores reuniones, en las que ofrecían beneficios desorbitados a cambio de una inversión inicial de dinero.
Al inicio de la actividad, la primera vinculación se realizaba a través de las denominadas ‘membresías’ con una permanencia de, al menos, 3 años, mediante transferencia bancaria, pero posteriormente todo era entregado y recibido con dinero en metálico.
También existían, continúa el auto, los denominados ‘robots-bots’, que consistían en ofertas momentáneas que ofrecían los administradores en un grupo de WhatsApp donde habían introducido previamente a los clientes una vez realizada la membresía.
“Este entramado se basaba en captar el mayor número de nuevos clientes posible, ya que cada persona que introducía a otra nueva se llevaba un 20 % más de beneficio respecto a la cantidad que este último ingresaba", apunta el juez.
De esta manera se incentivaba a los denunciantes a buscar más inversores y así las ganancias de los que estaban por encima, en la cúspide de la organización, seguían aumentando”, apunta el juez.
Organización
Para llevar a cabo esta actuación delictiva los investigados, según Calama, crearon una organización estructurada y con reparto de tareas en cuya cúspide se situaron como presidente Daniel P. y como vicepresidente su hermano Camilo.
“Este esquema tipo piramidal no solamente se usaba para que los que habían invertido aportaran más dinero, sino para atraer a nuevas personas que invirtieran al ver los grandes beneficios casi inmediatos que percibían los anteriores inversores”, sostiene el juez.
La resolución del instructor explica que el artificio del engaño que desplegaron los investigados contaba con un aparato de publicidad eficaz y presencia en las redes sociales.
“El éxito del negocio generó la imagen que cualquier burbuja especulativa precisa, la percepción de que el inversor siempre gana, y que las ganancias de la inversión siguen creciendo, lo que se convirtió en la mejor publicidad del producto", apunta.
La resolución judicial añade que los 4 millones de euros defraudados se destinaron principalmente a gastos de publicidad y marketing con los que poder captar más inversores.
Así como al beneficio patrimonial de sus líderes a través de la adquisición de varios inmuebles y vehículos de alta gama, además de reintegros de efectivo y compras con tarjeta.
Parte de estos fondos, precisa el texto, han sido desviados desde España a Andorra o Estonia, en algún caso tras conocer que se estaba llevando a cabo una investigación sobre su estructura delictiva.