Taiwán inaugura centro de IA soberana con supercomputadora potenciada por Nvidia

En un contexto global donde la inteligencia artificial y la soberanía tecnológica definen el poder de las naciones, Taiwán ha dado un golpe de autoridad al inaugurar un centro nacional de IA soberana impulsado por la supercomputadora Nano 4, equipada con la arquitectura más avanzada de Nvidia.

Esta iniciativa no solo representa una apuesta por la autosuficiencia digital, sino también una declaración estratégica frente a la competencia internacional y los desafíos de seguridad regional.

Con inversiones en infraestructura, talento y colaboración con gigantes tecnológicos, Taiwán busca trascender su rol de fabricante de chips para convertirse en líder integral de la nueva economía digital.

Nano 4: el corazón de la nueva infraestructura soberana

El centro de datos ubicado en Tainan alberga la supercomputadora Nano 4, integrada por 1.760 chips Nvidia H200 y 144 procesadores Nvidia Blackwell, componentes que representan la vanguardia de la computación acelerada para IA a nivel global.

Este poder de cómputo no solo permite el entrenamiento de modelos de lenguaje a gran escala y aplicaciones generativas, sino que también posiciona a Taiwán para desarrollar soluciones propias en sectores clave como defensa, biotecnología, salud, industria avanzada y gobierno digital.

Nano 4 opera en un entorno optimizado para eficiencia energética, escalabilidad y redundancia, lo que garantiza la continuidad de los servicios críticos y la flexibilidad para incorporar futuras innovaciones.

El proyecto forma parte de la hoja de ruta de los Diez grandes proyectos de IA, anunciados en 2025, y tiene como objetivo crear una red nacional de centros de supercomputación capaces de competir con los mejores del mundo, reduciendo la dependencia de proveedores externos tanto en hardware como en servicios en la nube.

Esta noticia fue destacada por el presidente Lai Ching‑te como un hito que «demuestra la capacidad de Taiwán no solo para fabricar los chips más sofisticados, sino también para integrar, operar y gobernar sistemas complejos de computación e inteligencia artificial en beneficio del país y la región».

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IA soberana: seguridad, autonomía y visión geoestratégica

El concepto de IA soberana es mucho más que una consigna tecnológica. Implica que Taiwán será capaz de entrenar, desplegar y custodiar modelos avanzados de inteligencia artificial bajo normativas nacionales, garantizando la confidencialidad de los datos, la resiliencia ante ciberataques y la capacidad de respuesta ante crisis regionales.

A diferencia de modelos basados en infraestructuras foráneas, la soberanía permite definir estándares propios de ética, regulación, interoperabilidad y control sobre el ciclo de vida de la información. Lo que tiene implicaciones directas en la protección de propiedad intelectual y en la independencia frente a las tensiones geopolíticas que afectan al Pacífico.

Además, el acceso a supercomputadoras propias allana el camino para que universidades, centros de investigación y empresas tecnológicas locales desarrollen aplicaciones en IA, así como sistemas de traducción automática y de recomendación, hasta simulación climática, diagnóstico médico asistido y manufactura inteligente. Todo ello sin ceder soberanía digital a proveedores extranjeros.

Hacia un nuevo liderazgo tecnológico asiático

Con el centro de Tainan como punta de lanza, Taiwán aspira a construir una red nacional de infraestructura que podría superar los 120 megavatios en capacidad para finales de la década, ubicándose entre los mayores nodos de IA de Asia y del mundo.

Esta apuesta atraerá inversión extranjera, impulsará la formación de talento especializado y reforzará la posición de Taiwán en las cadenas globales de valor tecnológico. Además, la colaboración con Nvidia sella una alianza estratégica que podría extenderse a nuevos desarrollos en hardware y software, situando a Taiwán como laboratorio global para la innovación en inteligencia artificial y supercomputación.

Si la tendencia continúa, Taiwán estará mejor preparado para afrontar los retos de la próxima ola de transformación digital, posicionándose no solo como proveedor clave de semiconductores, sino también como un centro de excelencia en inteligencia artificial soberana, capaz de influir en los estándares internacionales y en la dirección de la tecnología a nivel mundial.