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Las criptomonedas en Venezuela se han convertido en un elemento estratégico dentro de la tensión creciente entre el gobierno de Nicolás Maduro y Donalt Trump. La reciente incautación de un buque petrolero por parte de autoridades estadounidenses refleja un escenario donde la presión política y las finanzas digitales se entrelazan con fuerza.
En este contexto, comprender cómo evoluciona el ecosistema cripto venezolano es clave para evaluar su rol económico, social y geopolítico. A continuación, se detalla el estado actual del mercado, sus riesgos y las dinámicas que lo están moldeando.
Criptomonedas en Venezuela: desarrollo y consolidación bajo presión económica
El ecosistema de criptomonedas en Venezuela es el resultado directo de años de crisis económica, sanciones y experimentos financieros estatales. De acuerdo a un informe reciente de TRM Labs, la tecnología se transformó en infraestructura básica en un entorno sin acceso estable a la banca tradicional.
Reporter: The NYT reported that you had a phone call with Maduro. Did you?
— Acyn (@Acyn) November 30, 2025
Trump: I don’t want to comment on it. The answer is yes. pic.twitter.com/OXVJR7QgHd
El primer gran intento fue el Petro en 2018, concebido para sortear restricciones internacionales. Aunque no tuvo adopción real, abrió la puerta al uso institucional de activos digitales.
Con el avance de las sanciones contra PDVSA y redes vinculadas a exportaciones de crudo, el sistema financiero formal quedó prácticamente bloqueado. Para muchos ciudadanos, esto implicó migrar hacia usos cotidianos de stablecoins como USDT, integradas hoy a pagos comerciales y personales.
“Los datos de TRM muestran que los usuarios venezolanos interactúan activamente con plataformas de criptomonedas que ofrecen funcionalidad peer-to-peer (P2P) y facilitan la conversión de USDT a moneda fiduciaria. Una parte significativa de la actividad de conversión de criptomonedas a moneda fiduciaria se facilita a través de plataformas que admiten vías de liquidación informales, incluso en medio de informes de interrupciones intermitentes del servicio”, se lee en un extracto del informe.
Según reportes recientes, Venezuela aparece entre los países con mayor adopción global, impulsada por remesas, comercios y usuarios sin acceso a la banca. Esta práctica se consolidó mientras plataformas con funciones P2P facilitaban pagos en un país donde la infraestructura bancaria tradicional no responde a las necesidades diarias.
Datos de actividad web muestran que cerca del 38% del tráfico cripto local se concentra en una sola plataforma global con opción de liquidaciones P2P, lo que ilustra la dependencia de mecanismos informales en la vida económica.
La falta de claridad regulatoria, especialmente tras la reestructuración de SUNACRIP en 2023, favoreció modelos operativos informales que mantienen la actividad pero aumentan riesgos de opacidad financiera. En este escenario, las criptomonedas se volvieron un recurso de supervivencia para millones de venezolanos.
Incautaciones y dinámica política entre Donald Trump y Nicolás Maduro
El choque político entre Estados Unidos y Venezuela dio un nuevo giro el 10 de diciembre de 2025, cuando autoridades estadounidenses incautaron un buque petrolero supuestamente vinculado a exportaciones destinadas a evadir sanciones. Este tipo de acciones intensificó la vigilancia internacional sobre el uso de criptomonedas en el país.
🟣 Estados Unidos incauta un buque petrolero frente a Venezuela y aumenta aún más la presión sobre Maduro
— DW Español (@dw_espanol) December 11, 2025
EE. UU. elevó la tensión con Venezuela al incautar un buque petrolero frente a las costas del país sudamericano. Donald Trump aseguró que se trata del mayor petrolero "jamás… pic.twitter.com/32GXz04qQ7
La presión regulatoria coincide con patrones detectados en investigaciones de riesgo financiero, que muestran cómo la informalidad en Venezuela permite flujos transfronterizos rápidos y difíciles de rastrear. Entre estos patrones se observan wallets de corta vida útil, rutas de alto volumen y uso frecuente de stablecoins en operaciones de comercio no bancarizado.
Aun así, la mayor parte del uso de criptomonedas en Venezuela permanece ligado a necesidades cotidianas. Comercios, empresas y consumidores han incorporado pagos digitales y criptoactivos como sustitutos bancarios.
Según Consecomercio, más del 30% de los establecimientos ya incorpora métodos digitales, tendencia que podría impulsar hasta un 10% el crecimiento comercial en 2025. El sector privado ve estos activos como complemento, no sustituto, del bolívar, aunque su peso práctico crezca en un entorno de inestabilidad macroeconómica.
La dualidad —uso legítimo masivo y riesgos de opacidad— convierte a Venezuela en un caso de estudio para reguladores globales, especialmente ahora que la acción política entre Caracas y Washington se intensifica.
En resumen
La adopción de criptomonedas en Venezuela surge de la necesidad económica y se mantiene gracias a su utilidad como infraestructura alternativa en un país con restricciones financieras profundas.
Al mismo tiempo, el contexto de sanciones y tensiones políticas otorga a estos activos un papel geopolítico que seguirá atrayendo la atención de reguladores, analistas y gobiernos extranjeros.