Arthur Hayes, fundador de BitMEX, publicó una extensa reflexión en su blog personal en la que anticipa un cambio de época en la política económica de Estados Unidos.
En su análisis, el nuevo mandato de Donald Trump estaría consolidando una economía de guerra basada en el crédito dirigido, similar al modelo chino, con el objetivo de mantener la hegemonía global. El resultado, según Hayes: una burbuja cripto deliberada, que podría catapultar el mercado a USD 100 billones hacia 2028.
La economía de guerra estadounidense adopta el «fascismo financiero»
Estados Unidos, argumenta Hayes, ya no puede depender del sector privado para producir armas, semiconductores y metales críticos en cantidad suficiente. Por eso, el gobierno ha comenzado a garantizar la rentabilidad de ciertos sectores estratégicos, lo que incentiva a los bancos a prestar dinero con total confianza.
Este tipo de intervencionismo, sin pasar por el Congreso, es descrito por Hayes como una forma de «fascismo financiero»: un capitalismo de Estado, inspirado en China, donde el gobierno asegura demanda, crédito y rentabilidad.
Un ejemplo es el acuerdo entre MP Materials, el Departamento de Defensa y bancos como JPMorgan, que desembolsaron USD 1.000 millones para una nueva planta de procesamiento de tierras raras.
El Estado garantiza un precio mínimo -el doble del precio de mercado chino- y actúa como comprador asegurado. Esto genera empleo, crédito y consumo, sin necesidad de imprimir dinero desde la Reserva Federal. El resultado: inflación controlada pero crecimiento acelerado.
- ¿Y si Bitcoin siempre fue el plan B del sistema?
Arthur Hayes anticipa un mercado cripto de USD 100 billones hacia 2028
La clave del modelo, según Hayes, es que el dinero nuevo necesita un destino. Y en lugar de inflar el precio del trigo -lo que causaría inestabilidad social-, el gobierno apunta a inflar los activos digitales. Cripto se convierte en el canal de drenaje para el nuevo exceso de crédito, con tres ventajas:
- Posee amplia tenencia entre jóvenes, pobres y minorías.
- Aumenta la sensación de prosperidad sin alterar el consumo básico.
- Genera un mercado de stablecoins que compran T-bills y financian el déficit.
Hayes estima que si el mercado cripto sube a USD 100 billones, unos USD 9 billones terminarán invertidos en bonos del Tesoro a corto plazo gracias a los emisores de stablecoins. Así, se cierra el círculo: el crédito dirigido sostiene la economía real, el excedente impulsa cripto, y cripto financia la deuda pública.
La siguiente gráfica de Maelstrom demuestra cómo la oferta de stablecoins ha escalado de forma proporcional al crecimiento del mercado cripto, promediando un 8,6 % desde julio de 2020. Este patrón subraya el papel estratégico que juegan los emisores de stablecoins en la financiación del Tesoro estadounidense.

«El kick drum está sonando. El crédito está bombeando. ¿Por qué no estás invertido en cripto aún?», cierra Hayes con su tono habitual.