Bitcoin acumula casi un 20% de retroceso en los últimos 90 días y volvió a situarse cerca de los $89.000, según los datos de CoinMarketCap. La caída del 3,49% en las últimas 24 horas refleja un mercado cansado, con sentimiento negativo y un panorama que, a simple vista, parece incompatible con cualquier narrativa alcista.
Sin embargo, en la Binance Blockchain Week de Dubái, Tom Lee ofreció una lectura totalmente distinta: aseguró que Bitcoin podría llegar a $250.000 y que Ethereum podría subir hasta $62.000, afirmando además que el mercado «probablemente ya tocó fondo».
El precio muestra debilidad, pero la estructura señala otra cosa
A primera vista, la predicción de Lee parece contradecir por completo el comportamiento actual del precio. Pero ese contraste es justamente el punto central: las proyecciones de fondo no surgen del gráfico diario, sino de la estructura del mercado.
Mientras la mayoría observa velas rojas, los analistas macro estudian flujos, oferta disponible y movimientos institucionales, no la reacción emocional del corto plazo.
Lo que Lee está leyendo no es la caída del 19%, sino el contexto que la rodea: flujos constantes hacia custodios regulados, reacomodos corporativos como el reciente traslado de 1.083 BTC por parte de SpaceX, una oferta cada vez más reducida en exchanges y menor liquidez general.
Cuando estas señales se combinan, la caída deja de ser una advertencia bajista y empieza a parecer una fase de reacumulación silenciosa, donde los actores fuertes se reposicionan sin depender del sentimiento minorista.
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Ciclos más rápidos, flujos más fuertes y un mercado que ya no responde igual
A esto se suma una dinámica clave de esta etapa del mercado: la compresión de los ciclos. Los retrocesos son más breves, los repuntes más explosivos y la transición entre fases ocurre más rápido que en ciclos anteriores.
Las predicciones de Lee se apoyan en la idea de que la estructura del mercado -y no el precio diario- indica que la corrección actual podría ser parte de la preparación para un nuevo movimiento significativo.
El retroceso no contradice una proyección alcista. Para un análisis estructural, incluso puede ser un requisito previo. La combinación de flujos institucionales, oferta reducida y un ecosistema más regulado crea un escenario donde pequeñas señales pueden desencadenar movimientos grandes.
En síntesis, la caída del precio es un dato, pero no necesariamente un diagnóstico. El verdadero diagnóstico surge de las fuerzas que operan detrás del mercado: quién acumula, quién ajusta posiciones y qué actores están entrando cuando el público percibe debilidad. Por eso, Lee proyecta $250.000 no porque el gráfico lo indique, sino porque la arquitectura del mercado sugiere transición, no colapso.
En cripto, la historia lo demuestra una y otra vez: el precio reacciona; los flujos anticipan.
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