El FMI confirma que no hay nuevas compras de Bitcoin por parte del sector público en El Salvador a pesar de las afirmaciones del gobierno de acumulación diaria
El gobierno de El Salvador afirmó durante 2025 que estaba comprando un Bitcoin por día. Sin embargo, un informe recién publicado por el FMI contradice directamente esas afirmaciones.
El FMI revela “el engaño” de Bitcoin de El Salvador
El informe del 15 de julio, parte de la consulta del Artículo IV del FMI y la primera revisión del programa, deja claro que El Salvador no ha comprado ningún nuevo Bitcoin desde que se aprobó el Acuerdo de Facilidad Extendida (EFF) de 1,4 mil millones de dólares en diciembre de 2024.
“El stock total de Bitcoin mantenido por el sector público ha permanecido sin cambios desde la aprobación del programa”, declaró el FMI.
Durante todo el año, el Presidente Nayib Bukele y la Oficina Nacional de Bitcoin de El Salvador continuaron publicando en redes sociales que el país estaba acumulando Bitcoin—uno por día.
Los monederos públicos mostraron un aumento en las holdings, y los tuits del gobierno reforzaron la idea de compras continuas.
Turns out the IMF did in fact make El Salvador stop Bitcoin purchases in order to get a fiat loan.
— Magoo PhD (@HodlMagoo) July 17, 2025
Footnote #9 states they have just been making it appear as if they have been continuing to buy but in fact have just been consolidating multi government wallets.
Source :… pic.twitter.com/46AFU1oi08
El 4 de marzo, Bukele publicó que el programa de compra diaria de Bitcoin seguía activo y continuaría. Al mismo tiempo, la Oficina de Bitcoin afirmó que las holdings superaban los 6,102 BTC.
Los medios citaron estos números, que se repitieron ampliamente en los círculos cripto. Sin embargo, el FMI desmintió esta historia en su revisión oficial del programa.
Qué sucedió realmente
Según el Fondo, el aumento en los saldos de los monederos de Bitcoin provino de movimientos internos entre monederos propiedad del gobierno—no de nuevas compras. Estas consolidaciones de monederos dieron la ilusión de compra pero no reflejaron actividad nueva en el mercado.
El informe también reveló “pequeñas fluctuaciones” en los depósitos de Bitcoin en el monedero electrónico Chivo del gobierno. Estos también se abordaron mediante medidas correctivas internas, no con fondos públicos adicionales. En pocas palabras, no se ha utilizado dinero de los contribuyentes para comprar más Bitcoin en 2025.

Sin embargo, esta discrepancia plantea serias preguntas sobre transparencia y confianza. El Salvador fue noticia mundial en 2021 al adoptar Bitcoin como moneda de curso legal. Sin embargo, en enero de 2025, el país cambió de rumbo bajo presión de prestamistas internacionales y con una posición fiscal frágil.
Más específicamente, despojó a Bitcoin de su estatus de moneda de curso legal y acordó no usar recursos públicos para adquirir más. Los nuevos hallazgos del FMI confirman que El Salvador está cumpliendo con sus compromisos financieros.
Chivo bajo fuego
El informe del FMI también citó “desviaciones menores” en los criterios de desempeño debido a irregularidades en el sistema Chivo. El gobierno salvadoreño ha acordado terminar completamente la participación del sector público en el Monedero Chivo para finales de julio de 2025.
Bitcoin Versus The IMF
— BitMEX Research (@BitMEXResearch) July 12, 2025
In this new report, we explain how the IMF is both obsessed with Bitcoin & vehemently anti-Bitcoin. In the El Salvador IMF country reports, Bitcoin is the second most common word #Bitcoin is mentioned 319 times in two reports!! pic.twitter.com/12QkN4OEYK
Este movimiento se alinea con un impulso más amplio por la transparencia fiscal y la disciplina de mercado bajo el programa apoyado por el Fondo. Además, el gobierno se ha comprometido a publicar información financiera de las empresas estatales y a desmantelar el fideicomiso público de Bitcoin, Fidebitcoin.
A medida que se acerca la fecha límite de finales de julio para privatizar Chivo, la comunidad de Bitcoin estará observando para ver si El Salvador cumple—o sigue girando una narrativa en desacuerdo con los hechos.