Mientras las tensiones geopolíticas sacuden los mercados tradicionales, el bitcoin continúa demostrando su resiliencia con un desempeño cíclico notable. Según Glassnode, la principal criptomoneda muestra una ganancia del 656 % desde 2022, un progreso que atrae la atención de los analistas.
En resumen
- Bitcoin registra un aumento del 656 % desde el inicio de su ciclo en 2022.
- Esta cifra, aunque inferior a ciclos pasados, sigue siendo significativa dado la madurez del activo.
- Los ETF de Bitcoin atraen más de 1,3 mil millones de dólares a pesar de las tensiones geopolíticas.
- La capitalización de 2 billones de dólares de bitcoin cambia estructuralmente sus perspectivas de crecimiento.
Alta demanda por Bitcoin a pesar de un ciclo menos explosivo
Glassnode, en su análisis del 14 de junio, repasa la evolución cíclica del bitcoin desde 2015. La primera criptomoneda actualmente atraviesa su tercer gran ciclo alcista.
Los dos anteriores, entre 2015 y 2018 y luego entre 2018 y 2022, ofrecieron desempeños espectaculares del +1.076 % y +1.007 %. El ciclo actual, iniciado en 2022, muestra hasta ahora un progreso del +656 %. ¿Menos explosivo? Sí. ¿Menos significativo? Para nada.
El reciente informe de Glassnode destaca que el bitcoin ha cambiado de escala. Esta aparente moderación se explica por una realidad simple: «Generalmente, los activos ven su potencial de crecimiento exponencial reducirse a medida que su valoración aumenta«, recuerda el análisis.
Esto es propio de los mercados maduros. El ejemplo del oro es ilustrativo: considerado un pilar de reserva de valor, solo ha aumentado «apenas» un 192 % en los últimos diez años.
La comparación cobra todo su sentido al considerar la capitalización actual de bitcoin, ahora superior a 2 billones de dólares. Un peso así limita mecánicamente las subidas especulativas de antaño.
Pero esta «normalización» de los desempeños también refleja su crecimiento como activo financiero creíble, adoptado por un número creciente de inversores institucionales.
Esta dinámica es impulsada por herramientas como los ETF de Bitcoin, disponibles desde enero de 2024. En pocos meses, han captado miles de millones de dólares, facilitando la exposición al BTC para carteras más tradicionales.
Un activo refugio que resiste las turbulencias geopolíticas
El momento de este análisis ocurre en un contexto geopolítico particularmente tenso. Los ataques israelíes en Teherán, en condiciones normales, deberían haber desencadenado una ola de pánico en los mercados de activos considerados «de riesgo».
Sin embargo, el bitcoin solo cedió un 3 % antes de recuperar su estabilidad alrededor de los 106,000 dólares. Una reacción medida que contrasta claramente con los movimientos observados en los mercados tradicionales.
Este comportamiento resiliente revela un cambio profundo en la percepción del bitcoin. Lejos de huir, el capital fluye: los ETF de Bitcoin acaban de registrar su quinto día consecutivo de entradas netas, por un total que supera los 1,3 mil millones de dólares, según los datos de Farside Investors.
Al mismo tiempo, el crypto Fear & Greed Index sigue en 61, señal de que la confianza —o la codicia— de los inversores institucionales permanece intacta.
Este contraste es aún más pronunciado dado que el Dow Jones perdió 600 puntos y el índice DXY del dólar cayó por debajo de 100, un umbral simbólico que refleja un retroceso del billete verde en los mercados mundiales.
En este entorno incierto, bitcoin ya no parece ser percibido como un activo especulativo, sino como una herramienta de cobertura contra las tensiones monetarias y geopolíticas.
Ciertamente, los volúmenes de intercambio diarios han disminuido notablemente (-35,39 % en 24 horas), lo que puede reflejar una fase de prudencia. Pero los flujos entrantes en las plataformas, en aumento de 2,4 mil millones de dólares, muestran que algunos inversores aprovechan la oportunidad para asegurar sus ganancias o reajustar sus posiciones.
La ganancia cíclica del 656 % de bitcoin ilustra perfectamente su transición hacia un activo maduro, capaz de generar rendimientos sustanciales a pesar de su capitalización creciente. Este desempeño, junto con su resiliencia frente a las tensiones geopolíticas, confirma su estatus como una alternativa creíble a los activos refugio tradicionales.