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El mercado cripto se acerca a 2026 tras un año marcado por alta volatilidad, nuevos ATH, toma de ganancias y un claro proceso de maduración. Bitcoin consolidó su rol como reserva institucional, mientras Ethereum y XRP atravesaron fases de ajuste tras fuertes tendencias previas cargadas de incertidumbre y volatilidad.
El contexto macro mostró a la Reserva Federal realizando los primeros recortes de tasas, al mercado laboral de EE.UU. comenzando a mostrar señales de debilidad y flujos selectivos hacia activos digitales, dejando a BTC, ETH y XRP en zonas técnicas clave. Desde allí, el mercado debate si 2026 será de pausa o de expansión en la liquidez global, y si esta liquidez fluirá hacia los criptoactivos o no.
Predicción de precios de Bitcoin, Ethereum y XRP para 2026
Bitcoin (BTC)
Durante 2025, Bitcoin registró un nuevo máximo histórico por encima de los 126,000 dólares, impulsado por la adopción institucional.
Empresas y gobiernos reforzaron reservas en BTC, con Strategy acumulando cerca de 660,645 BTC y El Salvador acumulando 7,502 BTC. Además, los ETF spot continuaron absorbiendo oferta, consolidando a Bitcoin como activo macro de largo plazo.
En el gráfico semanal se observa una estructura alcista mayor aún vigente, a pesar de la pérdida del canal alcista que acompañó a BTC desde marzo de 2024 a noviembre de 2025. El precio corrigió desde los máximos hacia la zona de demanda relevante cerca de los 80,000 dólares, tras marcar el último ATH.
La zona de oferta cercana a los 110,000 dólares sigue actuando como resistencia clave, mientras el volumen muestra desaceleración, típica de fases correctivas.
Una reacción sólida desde la demanda acumulada cerca de los 75,000 dólares podría habilitar un nuevo impulso de largo plazo hacia la zona de 150,000 dólares a 170,000 dólares. La superación sostenida de las resistencias y liquidaciones acumuladas entre los 100,000 dólares y 115,000 dólares confirmaría la continuidad de tendencia con un renovado interés minorista e institucional.
Si la presión alcista no es suficiente, Bitcoin podría transitar el 2026 oscilando entre los 70,000 y los 110,000 dólares. Este rango favorecería una acumulación dentro del ciclo de largo plazo, con movimientos erráticos y falsas rupturas, mientras el mercado espera catalizadores monetarios claros.
Dentro de un escenario bajista, la pérdida firme de la zona de demanda ubicada entre los 75,000 dólares y los 80,000 dólares, abriría la puerta a una corrección más profunda. El rango entre 60,000 dólares y 40,000 dólares actuaría como posible zona de reequilibrio, sin invalidar la estructura macro de largo plazo.
Ethereum (ETH)
Ethereum experimentó en 2025 un año clave a nivel de infraestructura con un nuevo ATH en torno a los 4,955 dólares. Las actualizaciones Pectra y Fusaka avanzaron en escalabilidad y eficiencia, mientras los ETF spot de ETH comenzaron a ganar tracción. El staking y el ecosistema DeFi siguieron siendo pilares del valor fundamental de la red.
Técnicamente, el gráfico semanal muestra a ETH dentro de un canal alcista de largo plazo muy amplio. Tras marcar nuevos máximos en agosto de 2025, el precio corrigió hacia una zona de demanda débil en torno a los 2,900 dólares.
La estructura sigue siendo constructiva en el largo plazo, aunque con menor momentum que en fases expansivas anteriores, y con estructuras muy bajistas en el corto y mediano plazo.
Una recuperación sostenida le permitiría a Ethereum buscar nuevos máximos cercanos a los 5,700 dólares e incluso los 6,100 dólares, según la extensión estadística del ciclo. La ruptura del techo del canal en los 5,200 dólares, reforzaría la narrativa de Ethereum como activo líder durante 2026.
Una consolidación entre los 4,300 dólares y los 2,200 dólares sería probable si la demanda no es lo suficientemente fuerte. Este rango reflejaría equilibrio entre oferta y demanda, dejando a 2026 como un año de transición para ETH.
En un escenario bajista, la pérdida del soporte del canal podría llevar a ETH hacia la zona de 2,250 dólares a 1,600 dólares. Allí se ubican niveles históricos de interés, clave para mantener la estructura de largo plazo.
XRP de Ripple
Ripple cierra el 2025 con mayor una claridad regulatoria tras el desenlace favorable de su disputa con la SEC. Este hito reactivó el interés institucional y reabrió la puerta a nuevos productos de ETF vinculados a XRP, mejorando su percepción en el mercado financiero tradicional. La adopción institucional masiva de XRP podría desencadenar un shock de demanda que lleve su precio a nuevos ATH.
XRP muestra una estructura correctiva tras un fuerte impulso que lo llevó a máximos de 3.6 dólares a mediados de año. Desde ahí, el precio retrocedió hacia zonas de demanda relevantes, mientras varias áreas de oferta limitan los rebotes de corto plazo. El comportamiento es consistente con una fase de regresión de la tendencia.
En caso de un 2026 favorable a la adopción institucional de Ripple, se proyectaría un avance hacia la zona de 3.83 dólares a 4.53 dólares. Para ello, XRP necesitaría recuperar niveles clave cercanos a los 2.40 dólares y confirmar volumen comprador sostenido, alineado con noticias regulatorias positivas.
De mantenerse lateral, el precio podría oscilar entre 3.00 dólares y 1.60 dólares. Este rango reflejaría incertidumbre y espera por definiciones concretas sobre adopción bancaria. Aunque también marcaría una buena consolidación que prepare las bases para un movimiento alcista en un ciclo posterior.
El escenario bajista contempla una caída hacia el rango de 1.20 dólares a 0.90 dólares. Este movimiento implicaría pérdida de soportes relevantes, como el nivel psicológico de los 1.6 dólares, y un enfriamiento del interés especulativo en el corto y mediano plazo.
En resumen: ¿El 2026 será un año “perdido” para el mercado cripto o finalmente despegará hacia nuevos ATH?
Las proyecciones para 2026 muestran un mercado en equilibrio delicado. Bitcoin mantiene la estructura más sólida, mientras Ethereum y XRP de Ripple dependen de catalizadores específicos. Las probabilidades de rallies existen, pero requieren confirmaciones técnicas y fundamentales claras.
Una cosa es clara: el mercado cripto está atravesando una larga y lenta transición hacia un entorno mucho más maduro. Donde tanto las ganancias como las pérdidas comienzan a mostrar diferencias más acotadas y menor volatilidad.
Para que se active un nuevo bull run, será clave un entorno macro más flexible, mayor adopción institucional y continuidad regulatoria. Si estos factores convergen, 2026 podría ser recordado no como un año perdido, sino como el preludio de nuevos máximos históricos.
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